El cerro que se encuentra junto al pueblo ha sido utilizado desde hace siglos por los habitantes de Vicién para construir en su interior El Pozo de hielo. Subiendo por la cuesta, se llega a la entrada. Los pozos de hielo reciben numerosas denominaciones dependiendo del lugar de se encuentran: fresqueras, pozos neveros, pozo de hielo o de chelo, pocicos, neveretas, etc. Pero su utilidad ha sido siempre la misma: suministrar nieve y hielo a la población.
¿Cómo se llenaba el pozo?
En Vicién la materia prima predominante sería el hielo. Una acequia cercana a la entrada inferior del pozo proporcionaba el agua necesaria para la creación del hielo. El agua se desviaba y se guardaba en unas “balsas de congelación” preparadas al efecto.
La nieve y el hielo se introducían por la ventana superior del pozo. Una vez en el interior los trabajadores la prensaban en capas, de 40 a 50 cm de grosor, separándolas con paja a modo de aislante.
El despozado consistía en el cortado en bloques de hielo, y su extracción por la ventana superior del pozo mediante un sistema de cuerda y polea.
Las marcas de cantero
En los sillares del pozo se conservan marcas de cantero. Estas marcas eran la firma grabada a piedra de quien la tallaba, a modo de símbolo, para indicar que el trabajo era suyo y de esta forma cobrar por la cantidad de piedras labradas. Letras y figuras geométricas son los signos que predominan en las piedras de Vicién.
Los mechinales
Los agujeros que vemos en la pared fueron creados para anclar maderos utilizados en la construcción del pozo o para facilitar las labores del empozado.
Subasta a candela
Era el acto público para subastar el arrendamiento de un pozo. Encendida una vela comenzaban los asistentes a hacer sus ofertas. Ganaba el mejor postor antes de que se apagara la candela. El escribano levantaba acta y firmaban las partes interesadas: el concejo, el arrendador y el escribano.
“A la candela encendida muerta y acabada y al que mas dara y mandara”
El precio de la nieve
Desde el domingo de Pascua hasta Todos los Santos era de 2 dineros la libra de nieve y medio dinero la libra para enfermos y convalecientes.
1 escudo = 3 libras.
1 libra = 20 sueldos = 240 dineros.
1 sueldo = 12 dineros.
El peso de la nieve
Al por menor, limpia de paja e impurezas, se medía en libras, onzas o arrobas, utilizando pesas con platillos agujereados.
1 libra = 12 onzas = 350 g.
1 onza = 40 g.
1 arroba = 36 libras = 12´6 kg.
1 carga = 12 arrobas = 100 kg.
El arrendador
En los siglos XVI y XVII era costumbre que el alquiler de las neveras se sacara a subasta anualmente. En muchos lugares se realizaba el 29 de septiembre, festividad de San Miguel.
El arrendador se encargaba de organizar las faenas, contratar trabajadores para recoger la nieve, cuidar de las herramientas y poner precio al producto.
Por documentación conservada se sabe que en Casbas el arrendador del pozo pagaba 440 sueldos jaqueses en 1639 y en 1642 aumentó a 1.790 sueldos, lo que indicaba que el producto daba beneficios.
Los compradores
Al principio el uso de la nieve y el hielo estaba limitado a las clases altas, utilizándose para conservar alimentos, beber fresco y tomar productos selectos como helados y sorbetes. El consumo se generalizó entre la población a partir del siglo XVII. Se le encontraron nuevos usos medicinales, para aliviar los estados febriles, como analgésico o para cortar hemorragias. La nieve no podía faltar a los enfermos que la solicitaran.
Los vecinos de poblaciones cercanas acudirían a Vicién a comprar nieve e hielo.